miércoles, 17 de abril de 2013

No se nos ha dado otro Nombre bajo el cielo por el que podamos salvarnos.

El sentido más inmediato que nos viene a la mente es el de exclusividad. Es como si Dios no quisiera que otros hombres que según sus tradiciones, culturas, mentalidades, le invocasen con otros nombres, y aún sin conocerle le llamasen para que les salvasen, y si no es con el Nombre registrado, diríamos hoy, no les va a escuchar y acudir en su auxilio. Y eso desdice de todo lo que sabemos de un Dios amoroso, que mira el corazón y no la pronunciación de un sonido para llamarle. El mismo Jesús invita a sus discípulos a no prohibir que otros que no estan con ellos, hagan milagros en su nombre. En cualquier caso era en el nombre de Jesús los milagros de los separados, pero también entenderiamos que son en el poder de Jesús, y desde esa comprensión tal vez un budista medita desde el poder de Jesús que muere por él en la cruz, y todos los milagros, y los de amor son los importantes, los hacen todos los hombres en el nombre del resucitado. En el rastro un dia, a mis 18 años estaba colaborando con los Hare Krishna en distribuir libros, y una hermana evangelica me dijo que sintiendolo mucho el Dios en el que creiamos era un demonio. Esa cerrazón nos desesperaba, era algo que nos descalificaba, nos encerraba en el error y en la maldad. Y nosotros queriamos expresar nuestra buena noticia para beneficiar a los hombres. Hoy entiendo algo más pero no mucho más sobre la exclusividad y la universalidad de Dios. Expresado en Jesús, nuestro Padre nos regala en su Hijo su amor, su proyecto personal para cada hombre, su propia persona la acerca increiblemente cerca para que gocemos de su ternura. Por eso es un pecado rechazarle. No el rechazar a Jesús porque eres taoista y no entiendes que es eso de un hombre crucificado y resucitado, sino que inmerso en la cultura cristiana al recibir el kerigma no te entusiasme el amor que Dios te tiene en Jesús. Por eso no cabe otra opción de amor de Dios por ti. Me ocurrió una vez (a mi no me pasan muchas cosas, pero Dios en atención de mi cabezonería me alimenta con algun regalito mi poca fe) que en una iglesia senti como su hubiera una gran V que era el poder de Dios manifestado en Cristo Jesús y al acogerno a esa gracia nos insertabamos en su salvación. Entonces me pregunte que si otras tradiciones religiosas tendrían otros conos de salvación, a lo cual sentí como que no cabia esa pregunta. Y no creo que fuera porque los budistas, hindúes o hombres de cualquier planeta del Universo nos fueran a recibir del Dios Unico una salvación igual, sino porque ante esta visión lo que correspondía era agradecerle, bendecirle por el detalle de su gracia en lugar de localizar e divagar sobre la situación de otros hombres. Era un regalo, una declación de amor y no el momento de mirar si hoy otros nombres o como reciben de esta gracia los no cristianos. Porque creo que lo que prevalece es la experiencia de gracia y la respuesta de fe a ese amor. Tenemos fe en que Dios nos ama y en esa fe Dios recrea un hombre que ama, a imagen de Jesús y el Espiritu de resucitado nos lleva a crecer hasta la estatura de Jesús en el amor. Y esa vivencia no es tan exclusiva en cuanto a que se de en más humanidades sino en el hecho de que se de en mí y en la respuesta que Dios espera a su iniciativa de amor, a mi amén. Al permiso de que Dios haga grande obras en mí. Ayer miraba sobre un santo medio hindú y musulman indio, Sai Baba de Shirdi, sencillo, intenso, autentico. Una expresión de Dios según la concepción hinduista. Y me costaba asimilar lo que es de Dios en esa religiosidad y no dañar la exclusividad de mi Señor Jesús y mi Unico Dios verdadero. Y lo cierto es que Sai Baba me animaria a que fuera un cristiano integro y sincero, o sea, algo que valiera la pena y no como soy en este momento, tan tibio, tan cobarde. Pero no deja de ser dificil en la práctica vivir la exclusividad de un Dios que nos sobrepasa y que a su vez nos da la impresión de que sabemos mucho de él, a veces tanto que nos parece una mascota domesticada en las lineas de comprensión de nuestros dogmas y nuestras seguridades eclesiales. Por eso es bueno pedir en la oración por todos los hombres, para que el Dios de todas las humanidades les de de a cada hombre, a cada criatura lo mejor que tiene, que en nuestra cultura es Jesus el Señor.

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