viernes, 27 de marzo de 2009

Sobre la contemplacion

La oración del cristiano nunca es facil. Primero no sabemos orar, intentamos orar o hacer que oramos, sintiendo o no sintiendo a dejando de sentir, pero nada tiene que ver que la oración cristiana.

El cristiano es el que mirando a Jesús por el Espiritu que te da testimonio de el, llega al Padre. La comunión con Jesús por medio del Espiritu te hace contemplar al Padre de Jesús, ese mismo Espiritu es el que te da la vida de Jesús haciendote clamar Abba.

Pero nunca las experiencias en la vida de oración suponen ningun añadido, aun cuando sean ciertas, como dice Javier Garrido, franciscano, algo asi como cuatro o cinco de cada cien son autenticas mociones de Dios, el resto son cualquier otra cosa a nivel emocional, sicologico, etc. Aun las verdaderas no tienen valor por ser experiencias misticas sino en cuanto te hace avanzar en la comunión con Jesús, y es muy fácil que, a menos que haya una verdadera humildad en la obediencia a la Palabra, viviendolo desde la gracia que acoje en la completa humildad, valorando solo el amén a la obra de Dios en ti, es muy fácil que el mistico se apropie de esa experiencia y termine estorbandole en el proceso de cristificación, no le santifique sino le deje estancado.

Por eso el Padre nuestro, con la simpleza puede ser la oración mas elevada pero mas simple, más crucificante, porque no te da grandes consolaciones, más bien es arida y costosa, que te humilla como muriendo en la obediencia al hacer el acto de fe , igual que al creer que en un trozo de pan esta el Cuerpo del Señor. Pero ese acto de obediencia conlleva mas valor y mas santificacion que todo el que pudiera facilitarnos el mejor milagro, consolación o manifestación mistica que acompañe la oración.