viernes, 22 de agosto de 2008

Me gustaria compartir mi inquietud por la forma de oración que practico.Me presento un poco. Soy Juan Carlos, vivo en Madrid, casado con tres hijas pequeñas, mi esposa es guatemalteca, por lo que viajamos todos los años a ver a sus padres y asi tengo conocimiento de la Iglesia en ese pais.
Mi itinerario cristiano empieza con la Comunidades Neocatecumenales y sigue en la Renovacion Carismatica. Dentro de ella opte por Evangelizacion 2000 y a nivel mas personal por la Oración de Jesús.
Después de casarme tuve menos tiempo para acudir a grupos, retiros, etc, y a cambio me plantee de manera mas intensa la oración personal, algo abandonada porque era muy dado a ir a muchas actividades en detrimento de mi tiempo de estar a solas con el Señor.
Y aunque como decia hacia tiempo que me habia dedicado a la oración del Nombre de Jesus, opte por el Padre nuestro.
En este momento a pesar de mi pecado sigo profundizando. Me admiro de la cantidad de matices, de riquezas y de preciosidades que me encuentro en esta oración, mas bien en la Oración, porque asi nos enseño Jesus a que orásemos.
En primer lugar orar con el Padre nuestro no puede determinar cualquier tipo de oracion espontanea, de afectividad (estar delante del Señor tratando de amor) porque finalmente la oración es la que suscita el Espiritu en cada corazón. Asi que no existe disminucion en la oración sino precisamente potenciar esta oración a partir de profundizar en las peticiones que Jesus nos enseño.
Basicamente es un oracion repetitiva, que se puede orar en conjunto o cada peticion por separado. La tradicion cristiana que utilizan los padres del desierto es precisamente una oracion continua basada en una frase corta e intensa que repiten meditandola sin cesar, a imagen de la manera de orar de los judios (el justo medita la ley dia y noche) que tomaba una parte de un salmo o de otra parte y con ella oraba repitiendola en voz baja continuamente. Los padres del desierto finalmente encontraron Kirie Eleison, al que se le añadio el nombre de Jesus y asi se desarrollo la oracion de Jesus.
Pues si bien su uso liturgico es en para recitarlo entero, en el uso individual cabria orar con cada una de las partes, como Jesus mismo oraba con unas pocas palabras repitiendolas en Cafarnaum.
Asi en una hora de adoracion propuse orar dividiendo ese tiempo para cada peticion.
Orando con cada parte descubri como son cada una de ellas una peticion del Espiritu Santo. Claro que sabemos que Jesus nos invita a pedir lo importante, lo bueno, lo que no nos va a negar el Padre, el Espiritu Santo, pedirlo insistentemente, sabiendo que el nos va a dar lo que nos conviene, sin entretenernos en lo que el ya sabe que necestamos, comida, sino buscando el Reino, que Dios reine en nuestra vida.
Asi la primera peticion, que me costo entrar en su significado, en una peticion de poder santificar en Nombre del Padre, que su Nombre sea hecho santo en tanto en cuanto el Espiritu nos santifica, dandole gloria por amor al Padre. Es una peticion de poder amar al Padre en lo que mas quiere que seamos, santos en su Hijo, el Unico santo.
La segunda explica, amplia y concretiza la primera peticion, que se santifique su nombre es que venga el reinar de Dios en nuestra vida.
Y la tercera encarna aun mas esa peticion, la voluntad de Dios en mi vida, esa es la santificacion de su Nombre, lo que nos hace santos para darle Gloria a Dios, como Jesus le dio gloria al hacer su voluntad en la cruz.
Aunque desde el principio, sea que oremos en la soledad o en la compañia de los hermanos, esta oracion es comunitaria, Padre nuestro, no es Dios nuestro, es la relacion que nos ha regalado Jesucristo, que en su Espiritu no hace clamar Abba. En union con Jesus, en el Cuerpo el que hemos sino llamados a participar somos hijos en el Hijo.
Sin embargo las tres primeras peticiones contemplamos al Padre, su Nombre, su Reino y su Voluntad y a partir de la cuarta entra la peticion de la comunidad, pedimos el Pan, el perdon, la fortaleza en la tentacion y la liberacion del Mal. No de mi Pan, sino nuestro Pan, no mi pecado sino nuestro pecado, pues en Jesucristo cada cristiano a venido a ser parte unos de otros, y todos parte del Cristo que es nuestra cabeza.
El Pan es Jesucristo mismo, el que santifica el Nombre del Padre, es el Reino de Dios y el que hace que venga, es el que hace su voluntad y nos da la gracia de hacerla. Es la Eucaristia, es la pan de la eternidad, el agape, el pan de mañana mas propiamente que el pan de cada dia, danos hoy el Pan del Cielo. Padre danos a Jesucristo para alimentarnos de el. Claro que sabe que necesitamos el pan y el vestido, aunque Jesus mismo nos invita a que pidamos lo importante, que lo demas nos lo dara cmo se lo da hasta a los pajaros y las hierbas.
El Pan es aun mas cercano, mas encarnado, es una peticion del Espiritu Santo para que nos alimente el hombre nuevo que poco a poco va haciendose paso mientras se desmorona el hombre viejo. El Hombre segun Jesucristo, la imagen que Dios planeo al crearnos, segun va quedando sepultado en las aguas de la muerte ese hombre segun la mentira del demonio.
Finalmente deciende el Espiritu a nuestra debilidad, que es donde actua. Oramos porque tenemos pecado, tentacion y Mal. Es desde nuestra pobreza que clamamos al Padre misericordia. Asi que en las tras peticiones ultimas el Espiritu actua individualmente y comuntariamente en lo que es la obra de Dios en cada cristiano y en su Iglesia en el encarnacion mas intima y mas humana.
Asi hemos visto como el Padre nuestro es un descendimiento del Espiritu que clamamos al Padre en nombre de Jesus, desde su Nombre Santo a nuestra esclavitud en al Maligno, el mundo y la carne.
Las tres primera peticiones estan en el ambito del Padre, la cuarta es propiamente del Hijo, las tres ultimas son la accion del Espiritu en nuestra vida concreta, en nuestra pobreza.
Espero que os animeis a orar con esta oración, y que compartiendo experiencias nos enriquezcamos y nos ayudemos para hacer crecer en santidad a su Iglesia.
Hasta pronto hermanos.

miércoles, 13 de agosto de 2008

Riqueza de la Iglesia

El proceso que lleva un cristiano desde su inicio hasta tu final esta marcado por la accion del Espiritu Santo que le lleva a la verdad completa, a su ser imagen y semejanza de Dios en Jesucristo. Por lo tanto la meta, la cristificación, el ser otro Cristo, se inicia con la aceptación de Jesus como su salvador que se comunica en la Iglesia y después de distintos pasos donde se va derrumbando el hombre segun la carne, el hombre segun el demonio, en hombre advocado a la muerte, y va surgiendo desde el poder de la resurreccion de Cristo, un hombre nuevo que es hijo de Dios en el Hijo Unico, y que es nuestro verdadero ser hombre, segun el proyecto inicial por el que Dios nos creo, para ser imagen de Dios. En ese proceso precisamente el hombre se libera de su mentira, de su muerte, segun el que lo sometia, el padre de la mentira y el asesinato, que mataba su ser hijo de Dios.

Pero no hay transformacion inmediata, aunque si hay ciertos avances puntuales en algunas etapas, como la primera, lo habitual avanzar en la fe con el dia a dia en el que sin sentirlo, como dice Jesus, crece el Reino en su corazon poco a poco, sin sentirlo hasta que finalmente los pajaros se posan en lo que fue la semilla de mostaza.

El cristiano tiene en la Iglesia los medios para su nacimiento y su crecimiento, su area de gestacion, de ahi que sea la madre, representada como Maria gesto a Jesus, la Iglesia gesta al cristiano. Hay tres medios preferenciales que vive el cristiano en su ambito comunitario eclesial. Palabra, Oración y compartir, que a modo de tres patas de una silla, nos sostienen y nos estabilizar en el caminar a la santificacion prometida en dia del bautismo.

La Palabra es propiamente Jesus, la Palabra de Dios que viene a nuestra vida para hacer la voluntad de Dios en cada cristiano. La Biblia contiene la Palabra de Dios, pero no la agota. La Palabra de Dios esta viva, actua desde la creacion, hagase la luz y se hizo, y esa Palabra es la expresion del amor gratuito de Dios para con nosotros. Y esa Palabra reune, moviliza, dinamiza al cristiano desde el principio en el que acepta el anuncio del amor de Dios en Cristo, el Kerigma, hasta el dia que Dios cumple su obra, su voluntad haciendo un hombre segun Jesús, que hace obras iguales a el, y hasta mayores en su Espiritu. Es la iniciativa de Dios, Dios primero nos habla, nos transforma, nos invita a la Vida eterna. Y como Maria, como Abraham, acogemos esa promesa sabiendo que el que nos lo promete lo va a cumplir. Y desde ese momento la misma fe crea lo que has creido, dejas tu tierra y tus seguridades y te pones en camino sabiendo que para Dios ya esta hecho, (grandes obras ha hecho en mi, del Magnificat) La oracion, hagase, es pedir el Espiritu Santo, del que dice Jesus que el Padre siempre lo da, para que lleve a termino su obra de cristificacion.

Fruto de esta Palabra, y eco de esta Palabra y accion del Espiritu es el consentimiento en libertad con que el creyente proclama el Amen, es verdad, hagase. La oracion es un canto de alabanza que proclama que Dios es grande porque no ha amado, nos ha invitado con su Palabra a la vida eterna, ha hablado y lo ha cumplido. Y comunitariamente entonamos un himno de alabanza que proclama desde el Espritu de la verdad que Dios es bueno y estamos alegres. Y esa misma Palabra, mas cortante que espada de dos filos, que llega hasta las junturas entre el alma y el espiritu, que saca tu verdad afuera es la te da fuerzas para reconocer contigo mismo, ante los hermanos de la comunidad y ante Dios mismo tu verdad, tu estado de pecado, para saber donde estas y que hacer para llegar a donde vas.

Asi el creyente que recibe de la Iglesia una Palabra viva, a la que responde segun el Espiritu ora en el, para recibir el mismo Espiritu que lleva a fin la obra de Dios en El para gloria de Dios, y compartiendo su vida con una comunidad de hermanos con los que se santifica en la mutua aceptacion desde el pecado y la verdad, que les hace crecer en comunidad, ese creyente participa del verdadero tesoro de la Iglesia, tan cercana y tan desconocida.

Le vamos a pedir al Señor que su Iglesia ofrezca a sus hijos plenamente que sea el medio para la santificacion de sus hijos, pues en su pobreza solo ofrece sacramentos y envia en la soledad a orar y escuchar la Palabra cada uno a su casa. Precisamente la aportacion del Vaticano II tiene que ver con ofrecer al bautizado, con independencia de su vocacion particular, un sistema de crecimiento completo para vivir el evangelio hasta su ultima consecuencia. Y este es el reto de la Iglesia en este momento.

Hay multiples ofertas para que los fieles desarrollen su vida espiritual en grupos de fe, parroquiales, de diversos movimientos, de distinta orientacion pastoral, pero siempre en sintonia con la era del posconcilio.

Si en Señor me lo permite quiero ofrecer como instrumento de nuestro Padre el profundizar en la oracion que nos regalo Jesus, para gloria de Dios. Amen