jueves, 18 de febrero de 2010

El tiempo de Dios

Disertación sobre el tiempo en el cristianismo
Desde que la Iglesia aparta de la realidad histórica a lo que concebimos en otro tiempo como hecho histórico, esto es, los puntos de tension que suponen establecer un lugar temporal (ya que el espacial lo descartabamos por pertenecer al campo de lo simbolico y literario, esto es, que el Paraiso de Adan era un entorno para mostrar la buena disposicion de Dios que le crea en un ambiente prospero que le posibilita ser lo que quiso Dios en su intencion creadora, imagen y semejanza de El mismo) no son desterrados, sino interpretados.
Esto supone una adaptacion que si bien mengua el realismo cientifico, no deja fuera de juego a la trama de la exposicion biblica. Pero esta mezcla de ver en la exposicion de acontecimientos simbolicos, otros que inciden en la realidad temporal que usa la exposicion trasladandolos a la realidad fuerzan y delimitan la vision espacio temporal que pudieramos ampliar de acuerdo a la avance constante y casi imprevisible hacia donde camina los conceptos de la Cosmovision.
Tomamos el mito de la Creacion, que es el tipico mito que necesita explicar que algo paso al principio y que por eso estamos ahora asi. Y descartamos la literalidad de Adan, de la serpiente, intentando quedarnos con comer del fruto del arbol del bien y el mal, haciendonos dioses en contra de permitir que obedeciendo a Dios podamos ser imagen de Dios, divinizarnos en el amor a Dios en lugar de ser contra Dios, usurpando su ser Dios y poniendonos en su lugar. Pero al final tomamos en serio la temporalidad, y decimos que al principio debio haber un momento que no habia pecado, y luego empieza a haberlo y la creacion queda desfigurada por la muerte que conlleva ese pecado y que este se trasmite como un pecado original que limita nuestra capacidad original de ser felices, etc. Y lo que hemos hecho es darle valor de temporalidad real a lo que en solo parte de la expresion de ese relato, porque asi como habiamos descartado la realidad de ese Paraiso en el espacio, no asi hemos hecho otro tanto con el tiempo.
Si cuando Galileo les dejaba descuadrados y algo debilitados en su vision antropocentrica y geocentrica su coherencia con los tres tiempos, Creacion, Encarnacion y Parusía, con la ampliacion de muchos soles con muchos planetas, con muchas civilizaciones e historias de salvacion, donde simultaneamente pero tambien exclusivamente para ellos Dios suscitaba un Jesucristo que les hace llegar la Palabra de amor de Dios, de acuerdo a un tiempo de Dios que no cohincide con la limitacion de nuestro tiempo-corporalidad, que si necesita evidentemente de estos tres tiempos, nacimiento, madurez y muerte. Pensemos en Giordano Bruno que intuyo mas o menos esa temporalidad relativa al hombre que no contradice a la de Dios. Asi la unica Creacion, Encarnacion y Parusía deben referirse a nuestra temporalidad y conforman nuestro proceso de madurez humana y cristiana.
En este sentido nuestro tiempo seria un tiempo entre todos los que Dios puede concebir y la creacion-encarnacion-parusia mas que atender a una concepcion totalizadora del tiempo seria en cuanto a proceso humano, individual primeramente, pues la persona concreta es la que nace, vive y muere, y luego social en cuanto que la historia implica a todos los individuos unificando y entrelazando sus historias hasta hacer una historia comun de la humanidad, de esta humanidad de este tiempo y espacio. Sin limitar otro tiempo espacio, otra manifestacion de Verbo Unico, sea en otro planeta u otro tiempo. Para Dios es la unica expresion de su Ser, es la Trinidad que en su dinamismo invita a la vida, se manifesta plenamente y le transforma para compartir su vida interna, en una dinamica que no se acaba, sino que nos involucra en la vida divina, para lo que fuimos pensados, siempre en el respeto y dignificacion de la libertad de los hijos de Dios.
Por eso la vision temporalmente valida que referencia la vida de la Iglesia en la tension entre el ya pero todavia no, entre el tiempo de la Encarnacion y la Parusía, es cierta en tanto que es la nuestra y su sentido absoluto no es el de limitar a Dios a esta humanidad, a esta historia enmarcada en nuestro tiempo espacio, como si Dios no fuera fecundo para ampliar su capacidad de crear hasta la plenitud hasta limites inconcebibles, limitando asi al mismo Dios para que quepa en nuestra comprension de la realidad. O como decia (aunque a mi me sonaba a chiste) algun fundamentalista biblico, si existiera otra realidad humana (entiendase, vida inteligente o otros planetas de inconceblimente extenso Universo) lo diria al Biblia.
Mas bien es ampliar hasta el campo de Dios, en lugar de limitar a Dios a nuestro campo de percepcion de la realidad. La alabanza, la contemplacion del que nos desborda, del que no sabemos como sera, sino que es El el que nos va a dar su propia vida porque seremos como el cuando le contemplemos segun expresa la carta de Juan.
Es cierto que los siglos que nos preceden, empezando por el mismo Pablo que creyó tan próxima la vuelta de Jesús, han mostrado con certezas, cuando no dogmas inamovibles, cargados de limitaciones al pensamiento y la percepcion cientifica y mistica, lo que se concebia desde un marco de realidad limitado. Pablo cree asi que en el fin inminente, de mundo, limitado a lo que hoy sabemos que es un granito en una insignificante estrella de una galaxia de tal vez algun Universo o manifestacion dimensional de la materia. Aun cuando el mismo Jesus no puede comunicar cuando sera el tiempo, solo invita a mantener la actitud vigilante, en tension, porque no sabemos el dia y la hora y nos puede pillar desprevenidos.
Por lo tanto concluiriamos que lo que prevalecen son las actitudes, la calidad del ser humano.
Asi diriamos con Jesus que todavia no podemos con toda la verdad pero que el Espiritu Santo nos llevara a la verdad completa. Es que ese Dios infinito con ese Universo infinito da prioridad al ser humano que participa de lo realmente improtante, el amor, el amar y asi ser semejante a Dios, participando de lo importante y esencial de Dios. Es la prioridad del ser sobre la manifestacion temporal y espacial en la que se es.
La insercion en la historia tendria mas que ver con la comunicacion de su Ser, la Palabra de Dios al hombre para invitarle como una promesa de plenitud y no tanto los detalles en que ese marco de realidad se dan. Circunstancias culturales, limitadas por las mismas leyes fisicas, antropologicas, culturales, serian el marco del cuadro, pero lo que prioriza, prevalece, lo realmente escatologico en el sentido de quedar en el tiempo de Dios es la invitacion a la vida de Dios, del amor a Dios y al projimo como Jesus expone con su vida en la plenitud de amor en la cruz. Y esa expresion seria la que nos regala, por pura gracia a toda la humanidad, a todas las humanidades, sea que nos podamos o no comunicar entre nosotros.
Tambien el cielo es esa vida en Dios que sigue creciendo ahora ya en el nivel del amor de Cristo, unidos, incorporados al Cristo Total, del que ya somos parte en crecimiento en esta tierra, que es la esencia, la razon de ser, la plenitud de la concepcion de nuestra Iglesia de Cristo. En el Cielo viviriamos en la Voluntad de Dios, en la vida de Dios lo que nos tocaria habiendo superado esta fase de crecimiento, no seria como el Paraiso musulman ni tampoco esa estatica vision eterna de Dios, sino un crecer en clave de amor hacia nuestro Padre unidos ahora en el Hijo Unico. Sin perder la individualidad para en perfecta unidad y comunion.
Si mañana, como es previsible, se demuestra o se da una comunicacion con otras humanidades extraplanetarias entenderiamos y nos alegrariamos infinitamente que el poder de Dios se manifieste en todas sus criaturas, compartiendoles lo mejor que tenemos, a Jesús en que esta resucitado y nos anima a la santificacion, en lugar de intentar evangelizarles para que se bautizasen desde nuestra manera de entender la concepcion de Dios nuestra, como hicieron con los mayas y los incas, y ahora tratando con personas muy superiores moralmente, como paso con los incas. Ese Padre que se cuida de pajaros y lirios, pendiente de tu numero de pelos y que hasta el moviento de un brizna de hierba esta en su voluntad, no puede dejar inutilizados los trillones que conocemos de estrellas con sus planetas, solo porque antes no sabiamos que era asi y ahora que empezamos a enterarnos que esto es mas grande y mas inconcebible de lo que creiamos ya no nos cuadra con nuestra revelacion terrestre e Israelita, tan importante porque para Dios lo que prevalece es la conciencia, la persona que ama, que peca y se levanta acogiendo su misericordia.
Es el cristianismo es en este sentido la prioridad del ser que ama sobre la realidad que tiene energias, luz, gravedad, atomos y universos y lo que nisiquiera nos imaginamos desde nuestra incipiente cosmovision. Y la atención de Dios es para esta vida humana que ama y se resiste a amar para la que envia Dios su Palabra como hombre que ama y nos invita a amar y que en su presencia nos cristifica para crecer hasta su estatura de amor y precisamente para que se de esta maravilla de hombre es para que lo que Dios manifiesta todo lo demas.
Volvemos a nuestra Iglesia Catolica, tan limitativa en su Liturgia, en sus apreciaciones morales que a veces ser absolutizan en base a una regla de la Tradicion, de la escritura o del mismo Magisterio en lugar de absolutizarla en base al criterio de amor sincero, en sus concepciones ministeriales, en la forma misma de gobernarse y sin hacer esa energica critica que parece de un partido de izquierda cuando condena a la burgesia, como suele hacer la teologia de la Liberacion, vemos que largo es el camino que nos queda y la posibilidad de si llegaremos y aun mas, cuando acontezca el descubrimiento cientifico que echaria todavia mas por tierra estas seguridades que cuadraban tan comodamente cuando habia creacion que era la tierra con estrellas, Sol y Luna, y quedemos todavia mas si cabe fuera de la era cientifica y moderna, y lo que es peor, sin capacidad de ofrecer una espiritualidad practica, atractiva, eficiente en cuanto que da resultados, que finalmente depende del resucitado mismo que acompaña y anima esta Iglesia de Jesus, el Espiritu Santo.
Porque ante esta situacion sismica, donde se remueven las seguridades que dan coherencia a nuestra Iglesia y sus concepciones, podemos desanimarnos, sobretodo en lo que importa, nuestra vida de amor a Dios y al hermano, o afrontarlo como reto que nos impulsa a dejar a Dios lo que no podemos, sin dejar por ello de intertar avanzar en esa ampliacion de la conciencia, que no afecta sino al contrario, promueve quedarnos con lo importante dejando de lado lo que en este momento vemos como accidental, comprensible que en otro tiempo fuera hasta positivo su prioridad, pero que ahora, con cuidado de no herir a quien aun lo necesita, podemos como naranja que desechamos la castara, abandonarlos para quedarnos con la pulpa que nos alimenta. Nada de reducir a una actitud politica o socialmente comprometida, perdiendo la preciosa intimidad de la mistica cristiana. Nada de importar elementos externos del hinduismo, budismo, etc por que si, que no se compaginan con nuestra tradicion espiritual, hasta la negacion de nuestra esencia cristiana, si bien los que inician esta aventura pueden, tomandoselo en serio, vivenciar lo valido de las otras tradiciones a condicion que vivan en intensidad la nuestra y finalmente puedan testimoniar que ambas participan del Unico Espiritu que nos transforma segun la Voluntad de Dios. Normalmente las mezclas caprichosas no funcionan y por esta razon y no porque sean satanicas o erroneas las personas que viven en el oceano caotica de la Nueva Era no sacan nada en claro, a menos que se decanten con un camino concreto, budista, hindu o algo asi. Los cristianos tenemos ya bastante espiritualidad con nuestra tradicion, franciscana, dominicana, carmelitana, ignaciana, etc y hay metodos y sistemas de orar, de profundizar en la Palabra como la Leccio, el escrutar la Palabra del Camino Neocatecumenal, la oracion carismatica, la vivencia profunda del Padre Nuestro, la oracion de Jesus, y tantas riquezas que son propiamente nuestra riqueza que nos han regalado los hermanos que nos han precedido y que ahora participan con Jesus de la santidad en el Cielo.