martes, 28 de octubre de 2008

Mística cristiana

El proceso de cristificación es la verdadera razon de ser de la Iglesia, que anuncia la Buena Noticia de Jesucristo en tu vida, que supone la salvación y la participación en su ser Hijo de Dios, en un proceso de unión con Jesucristo en el que el hombre segun el pecado y la muerte se desmorona paulatinamente mientras emerge de las aguas de la vida, de Bautismo, un hombre segun Jesus, que crece hasta llegar a alcanzar la estatura de Jesus en el amor.

El proceso lo inicia, lo continua y lo acaba el Espiritu Santo que nos es dado en el Bautismo, actuando tambien antes de él segun el plan designado de antemano por Dios para ser lo que nos él habia querido que fueramos cuando nos creo, imagen y semejanza de Dios, cuya recreación la llevó a cabo en Jesucristo para que puederamos ser lo que es su voluntad, para lo que fuimos invitados a la existencia en Dios.

Hay diversos elementos que confluyen, se ayudan o estorban, a nivel psicologico, emotivo, mental, espiritual, que son los que van creando este cambio en el hombre que intenta seguir a Cristo, que ha dicho amen a la obra que Dios quiere hacer en él, como la hizo en la cristiana y madre de los cristianos, Maria.

Elegir una espiritualidad concreta, personalizarla, atreverse a caminar, son solo opciones que el Espiritu suscita en cada cristiano. El estado de vida, las limitaciones economicas, de caracter, etc, todo lo tiene sopesado el Padre, que hasta una hierba o un pelo de la cabeza controla, y cuando mas sus hijos queridos.

A medida que se forma el hombre segun Jesus, crece y se fortalece el Cuerpo mistico, beneficiandose todos sus hijos. Por eso el crecer en el Señor es la mayor caridad que se puede ofrecer a la humanidad, lejos de ser un acto de egoismo segun quienes creen que la caridad en favor a los desfavorecidos es mejor que la sola oración, pues la bondad de ambas actividades se basan en lo que edifican el Cuerpo del Señor, o sea, lo que te ayudan a llegar a la santidad, y junto a ti a toda la creación.

El signo de la cristificacion el la Eucaristia, donde la Palabra se hace carne, trasmuntadose en la Palabra y en el pan y vino en Cristo. La Palabra al ser proclamada en la Iglesia crea lo que proclama, Cristo, y a su vez tu quedas cristificado, y el pan y el vino igualmente se transmuta en Jesus y nosotros con el pan y el vino en la comunion con Jesus al comer el pan y el vino. Asi cada uno participamos de ser Jesucristo, de ser hijos de Dios y vivir lo mismo que vive Jesus, desde ahora y para la vida eterna.

Este proceso que se inicia en los sacramentos de iniciacion y posteriormente en la vida en el Espiritu, en la oracion, los sacramentos, la vida comunitaria, la escucha de la Palabra y sobretodo el estar obediente al Espiritu, nos lleva toda la vida y es la vida del cristiano, del mistico cristiano, pues todos lo somos.

El proceso mistico propiamente es el que quema la raiz de pecado y corresponde con el purgatorio de los que mueren con algo de pena de pecados, y así entran directamente al Cielo.

Orar con el Padre nuestro es configurarse con el Hijo de Dios, cristificarse, asi que por si mismo en un proceso mistico en la oración que Jesús mismo nos enseñó. Las tres oraciones al Padre nos dirijen a su gracia, el Pan nos hace ser comunion con Cristo y las tres ultimas permiten al Espiritu actuar en nuestra raiz de pecado, el pecado en si, la tentacion y la esclavitud del Maligno. Actuando simultaneamente el Espiritu en esta vida trinitaria donde glorificamos al Padre, unidos a Cristo somos testigos de la accion del Espiritu, el cristiano permite que Dios le haga su Hijo amado.

Solo queda pedir, ahora mismo lo pedimos, que nos permita nuestro Padre orar continuamente, Señor Jesús, ten piedad de mi que soy un pecador.