miércoles, 6 de abril de 2011

Las inmaculadas concepciones de nuestras madres Marías

Una concepción libre de pecado, para acoger al vencedor del pecado, a Jesús, porque tal integración tiene la madre con su hijo que no cabría que el Santo compartiera ese cuerpo con una pecadora. Sin embargo si estudiamos la genealogia de Jesús encontramos pecadores, y su Encarnación supone un acercamiento a nuestra situación de pecado. Hasta ora con nosotros perdonanos nuestras deudas, aun cuando no tiene pecado, ora indentificado con su Cuerpo, hecho de discípulos pecadores. Del pecado de Adán, del simbólico Adán que supone que la humanidad en el proceso de aprendizaje se equivoco y así aprende y progresa espiritualmente, participamos todos, personalemente, porque cada hombre vive el mismo proceso de error, sufrimiento y crecimiento y como especie que hereda el pecado e intenta superarlo. Sacar a la Madre del Hijo de hombre de ese proceso le hace a Jesús menos humano, menos hombre verdadero. Menos encarnado y mas Dios con aparencia humana. Sin embargo supone la vision clara de la voluntad de Dios para cada hombre, que llegue a ser otro Cristo. Y la Madre es la que engendra ese hombre segun Dios, imagen del cristiano donde se gesta el hombre nuevo. Coronar a la Madre de Dios, Reina del Cielo, Reina de los pueblos, corredentora con Cristo en virtud de la elección que Dios hizo de una niña humilde entra dentro de una única Encarnación. Hecho irrepetible. Acontecimiento que marca la plenitud de los tiempos. Hasta la Encarnación esta la Creación, con su desbarajuste del pecado y desde la Encarnación el tiempo de la Iglesia donde se vive el ya esta el Reino pero todavía no. Y en esa tensión de apertura al Espiritu Santo vivimos hasta el dia del Juicio donde habrá cielos nuevos y tierra nueva, donde viviremos para la eternidad en unión con Cristo, en la bienaventuranza de Dios. Un Dios que no ha hecho nada de crear hasta hace unos años y que despues de otros pocos miles o millones de años no va a volver a hacer nada más sino quedarse con sus criaturas queridas en el Cielo durante la eternidad. ¿O esta cronología nos aparece disparatada y necesitamos ampliarlo en el tiempo (esta no es la unica creación) y el espacio (este planeta, o big bang no agota a Dios, sino que será una historia de amor entre las que Dios quiera hacer) con una manifestación de su Hijo Unico que expresa todo lo que necesitamos de la revelación de Dios, su manera de amar. Como ya intuiría Giordano Bruno que planteaba que habria mas de un planeta como el nuestro (se quedó algo corto) de un solo movimiento de envio del Verbo por parte de Dios que no tiene tiempo, aparce un Jesús en el tiempo y circunstancia a cada humanidad para entregarle la salvación. Y habría por consiguiente una carne, una María en cada humanidad. Tal vez así Maria sea lo que tenemos en comun todos los terrestres, y tantas Marías unidas en el Cielo, unidas en el Hijo de Dios serían nuestras intercesoras. Lo cierto es que ya teniamos domesticada la vision de Cielo con la Madre, los santos y ahora se nos complica, se nos escapa, se hace mas a lo Dios. Y es que el Padre esta en los Cielos, fuera de toda comprensión y esas visiones dogmáticas lo peor que tienen es que se entienden demasiado y al menos son sospechosas de dejar a la razón como demasiado acaparadora de la verdad, cuando mas bien debemos acostumbrarnos en este proceso Galileo a desubicarnos de nuestra geocentralidad y abrirnos a un Dios maravilloso mas grande y mas bueno de lo que nos pareció al principio, incluidos los hermanos que dogmatizaron cuando creian en una sola María, madre de Dios. Si lo tomamos con algo negativo podemos caer en cierto esta de desanimo. Ya no es la misma visión de los cristianos que nos antecedieron. Evidentemente existe un proceso que ira avanzando más allá de todas nuestras previsiones de desgeocentralización del que Galileo apensa supuso un tímido primer paso y que en los siguientes años, siglos o milenios deberá asentarnos en algo mas cercano a la verdad, libres de las ataduras de la ignorancia y el miedo, y sobretodo receptores tanto más de la acción santificante de Dios en Cristo, pues al desproveernos de puntualizaciones dogmáticas que tenían sentido en un contexto de comprensión limitado, propio de sus visiones precientíficas con las que eran coherentes las formas bíblicas de exponer en un tiempo simbólico una realidad eterna. Esta temporalización de la revelación hoy por hoy se hace objeto de nuestra fe, y si bien la Creación no se puede hacer literalmente por lo evidente de que la Tierra no es el centro de la realidad como se entiende del relato biblico, la Encarnación sobre la base de que solo en la Tierra hay vida inteligente, extremo que podemos ir abandonando, y que el Final de los tiempos, con su Juicio, la resurrección y el orden nuevo, Dios lo va a hacer todo nuevo en base a la vida en la Tierra, como si el Alfa y el Omega fuera este planetita en lugar de Cristo Jesús. Hacer una cristologia de acuerdo a una visión nueva que nos presenta la ciencia y que podemos anticipar por lo que va descubriendo es una labor apremiante, no para cuando pase algo inevitable y nuestros hermanos mas débiles se desanimen porque les hemos tenido engañados con dogmas trasnochados en su contexto de realidad. Y eso sin debilitar, ante bien, fortaleciendo la acción del evangelio, fuerza de santificación que Dios suscita en Jesús nuestro Señor. Y que en María, en tantas Marías, maniesta en un hombre verdadero que es el Camino, verdad y vida que lleva al Padre.

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