Como abrir un proceso de actualización en la Iglesia, esta es la cuestión.
Ya pedimos perdón. Lo que importa es que ya no nos volvamos a equivocar con otros galileos. Pero si seguimos igual de cerrados en nuestros dogmas que arrasan aperturas a otras percepciones de la realidad seguimos, aunque sin Inquisición que nos mate, sí con otra que nos hace estériles para ofrecer la espiritualidad cristiana libre de ataduras que valieron hasta el Medievo, y que después fueron causa de rechazo por la Ciencia. Parece que es fácil decir que nos arrepentimos, pero difícil iniciar el proceso de adaptación a la realidad, ese agornamento no sólo doctrinal, que no es sólo en las formas, liturgias, canciones, relaciones, pedagogias, investigaciones bíblicas o ecliesiales, todo ello muy necesario, sino adaptando lo que en el depósito de la fe es una expresión que queda desfasada y potenciar lo que esa fe tiene de válido y útil para estos tiempos y dejarlo preparado y asimilable para los próximos hermanos. Y con este cambio estaremos situados en el presente y sobretodo el Evangelio de Jesucristo será una oferta creíble y operativa cuando en un futuro cercano se abra la ciencia a una concepción de la realidad mas allá de la que hoy tenemos.
Si la prehistoria termina con la escritura, y comienza unos siglos de pensamiento racional, que en estos tiempos culmina con la mentalidad científica todavía limitada por este sistema de pensamiento-lenguaje que mide, cuadricula, capta la realidad y la congela en una red mental de abstracciones que necesita constantes, leyes que nos situen en la realidad con alguna certeza, como la de la velocidad de la luz. Gradualmente entraremos en una vivencia supraracional que revertira en una mejora tecnológica y sobretodo comprensiva. Dimensiones, percepciones que hoy se empiezan a abrir camino y otroas tantas que hasta ahora no sospechamos. Que abrira nuestra comunicación a un lenguaje no verbal, que hoy atisbamos con la telepatía, la percepción de la realidad directamente a la conciencia, sin mediar sentidos imperfectos, y que no alcanzamos mucho a entender hasta donde nos llevará. Y será en esta situación en la que nuestra fe como la concebimos ahora, ya desfasada en este momento, será rechazada con mucho mas peso, y quedariamos en la sola fe resistiendo ante este temporal de verdad con la sola dosis de perseverancia por no querer apartarnos de nuestra tradición, o todavía con los miedos a romper con las creencias heredadas, chantajes de infiernos y melaconlías por la que quisieramos que todo siguiera igual, y cosas similares.
Lo cual ahora podriamos preparar, abriendonos a lo que realmente van a aprovechar nuestros hermanos cristianos que nos sucedan en la Iglesia es urgente que empecemos individualmente y comunitariamente a trabajarlo con urgencia, sinceridad y entrega, pensando mas en los hermanos que se beneficiaran de este camino abierto. La fuerza de salvación que Dios suscita en Jesucristo. Ese Sol que nace de lo alto para iluminar a los que vivimos en sombras de muerte. Y que es una Palabra para los hombres, que comunica el amor de Dios, la voluntad de Dios para cada hombre y que obra ese portento de la santificación, de hacernos ese hombre nuevo que da gloria a Dios. Participando de la resurrección que es Jesús mismo. Unidos a Jesús ser hijos de Dios.
¿Por qué esa acción del Espiritu Santo la vamos a limitar geocentrizando la realidad, obligando a la fe a que asuma como buenos dogmas que serán bíblicos, eclesiales y sobradamente necesarios para la fe de los que nos antecedieron, pero que hoy ya no nos hablan de otra cosa de una mentalidad precientificia y que para la nueva mentalidad quedarían definitivamente fuera de circulación.?
En eso es verdad que Jesucristo es el mismo hoy y siempre. Pero no es verdad que la percepción de la realidad sea la misma hoy, ayer cuando lo que existía era solo la tierra y la bóveda del cielo y mañana cuando existen unas realidades que hoy empezamos a vislumbrar aunque todavia no las entendemos. Y ese Jesús si es el que nos sirve ayer, hoy y mañana. No la Creación que sitúa la realidad en un tiempo y espacio que sabemos irreal. No la adaptación de esa Creación geocentrica ampliada al Big Bang. No una Parusía creida a fuerza de fe, de forzar nuestra mentalidad para la que Biblia, la dogmática y el credo cristiano, de anular nuestra dignidad de buscar, descubrir la Verdad que nos hace hijos de Dios libres. No cerrar en la Encarnación de Jesús la capacidad de comunicar Dios su amor a su creación. Sino de en acoger lo que Dios nos ha regalado en Jesucristo. Hacer fecunda hasta esa acción de la Gracia para que se haga su voluntad en cada hombre, que sea cristificado y haga las obras de amor por las que nos eligio en la Persona de Cristo, insertandonos en El, en esa corriente de santidad, en el Espiritu santo, dóciles a su obra, para que Dios haga grandes obras desde el nuevo nacimiento en el Espiritu hasta la cruz y la resurrección, que es Cristo mismo. En esto si que es urgente que nos enriquezcamos, que no solo nuestros hermanos tradicionales que aceptan a la Iglesia como es y expresa la fe, sino los hermanos que preveemos que es comida para hoy y hambre y desconcierto para los hermanos de mañana, nos alimentemos y debidamente crecidos en la fe podamos trasmitir a nuestros hermanos que nos suceden en la Iglesia este Evangelio del amor de Dios, para gloria de Dios. Para manifestar que Dios es bueno y que nos ama a cada hombre, de todos los lugares que ahora no podemos ni imaginar. Que sabe nuestro nombre y que nos ha invitado a vivir para participar con Dios mismo de la plentitud de su vida.
Parece que sólo se pueden plantear desde entornos futuristas, extraeclesiales, de la Nueva Era, desaraigados de nuestra herencia espiritual aperturas a lo que ya empieza a vislumbrarse. Dentro de la Iglesia se opta por posiciones conservadoras, aplicando ese ejemplo de que San Agustin no creyó que era necesario plantearse si los unicornios tenían alma. Era en ese momento habitual creer en ese poético personaje y se llegó a crear una inquietud intelectuar sobre si ese ser mitológico tendría alma como los humanos. Y el santo dice con mucha gracia, primero me atrapan uno y luego determinamos que tiene. Pero si hoy queremos atrapar un ser inteligente de otro planeta para examinar si tiene alma. Si hoy queremos atrapar otra dimensión. Si hoy nos quedamos tan satisfechos como Agustín dando por supuesto que no hay nada mas que lo que había hace 20 siglos y no que no hay que preocuparse porque no nos afecta ningun replantemiento de la esencia del hombre. Que todo es propaganda anticristiana que nos quiere confundir pero que lo bueno es lo nuestro y que fuera de la Iglesia, en un sentido tambien de comprension de la realidad, no hay salvación.
Volver a ensamblar nuestras convinciones cuesta y no solo a un grupo que lo trabaja, sino pastoralmente hacerlo llegar a un pueblo al que hemos acostumbrado a estar comodos con la infalibilidad de un Papa, una Iglesia y una dogmática inamobible. Y movilizar a ese pueblo a lo que importa, como si de un naufragio se tratase y tirasemos por la borda lo que ante esta tempestad de la época que nos acontece se fuera a hundir el barco de nuestra fe, y nos quedasemos por fuerza, gracias a Dios por cierto, con lo que realmente improta, la vida y el núcleo de nuestra vivencia cristiana, la transformación en Cristo, la santificación que Dios nos regala.
Y hay, como no, motivaciones emocionales que tal vez sean mas costosas que las mismas intelectuales. Si un grupo de la Iglesia propone algun tipo de variación se le amonesta, se le hace corregir y enfatizar en el error que proponía, hasta que vuelva a quedar dentro de la ortodoxia. Y a veces hasta estamos convencidos de lo que nos unifica eso. Porque cuando la Iglesia se pone a crear dogmas a la carta, como el caso de la comunion anglicana donde se hacen dogmas a la carta con el voto de unos cuantos hermanos, el desconcierto y la descomunión pueden ser peligrosos. Y es que estamos ante un cambio mayor que todos los que nos anteceden. No son opciones de doctrinales como la reencarnación, la consideración de religiones no cristianas con otros procesos de santificación, la apertura a otras culturas, y tambien a las de otros planetas, que sería ya bastante reto, sino un paso a otro tipo de vivencia. Otro hombre que salta de ser de un reino, como el animal a otra categoria, tal vez una vegetal que recibe la vida sin depender del cuerpo, la comida, la bebida, la sexualidad. Tal vez seamos como los angeles, que dice Jesús refiriendose a los resucitados, y vivamos en una cultura que abandona delincuencias, egoismos, que su principal objetivo es compartir y hacer feliz a los demas, tender a Dios, y vivir para dar el salto a la próxima etapa de vida en Dios, el cielo. Antes era lo único que habia, como la Tierra era la unica creación. Todo era lo único y tendemos a que todo sea una parte ínfima de una realidad que nos empequeñece tanto que Dios queda mucho mas digno de gloria y alabanza.
lunes, 25 de abril de 2011
viernes, 15 de abril de 2011
Yo no creo en nada
Yo no creo en nada. Me dice una amiga. Es una especie de tradición familiar porque su padre tampoco creía en nada. Y porque para creer en algo que da miedo, mejor no creerlo, que te hace vivir la angustia, como un chantaje, deseando nunca haberlo sabido para al menos asi vivir tranquilo. El Infierno, el mismo Dios celoso y justiciero, nuestras circunstancias limitadas y desgraciadas de porque estamos aqui (porque a Dios se le ocurrió crearnos sin consultarnos o algo asi). Parece que esto de la realidad es para creerlo, porque como Tomás, si lo veo, lo creo y si no, no existe. Y es que hay una creencia que se hace forzada, obligada, chatajeada, violando tu derecho a pensar, vivir, descubrir, experimentar, gozar del encuentro con lo que vives. Esta es la realidad y tienes que creer en ella y si no atenta a las consecuencias, infiernos, samsaras. Por este motivo y no por lo que se volveria una creencia liberadora, transformadora, deseable, digna de convertirse en una Buena nueva que por amor a los demás valdría la pena extenderla para que mas hombres se beneficien de la felicidad que lleva. Porque el Evangelio se trata precisamente no de algo en lo que mejor es no creer, sino de otra cosa beneficiosa, que nos nutre de esperanzas, de alegrías, de opciones para ser mas plenamente a lo que estamos llamados a ser, libres, santos, hijos de Dios, etc. Es como si fueramos a comprar algo y nos hablan solo de desventejas, de inconvenientes, es como si tuvieramos que comprar a pesar de que el vendedor se resiste a vendernoslo. Pues en este caso la venta se realiza en base a las obras del evangelizador, Viendo a Jesucristo los seguidores tenian la seguridad de creer en algo que salia de alguien que les llenaba el corazón. Y así se supone que debería ser cada cristiano, un otro cristo que al proclamar la Palabra de Dios quien la escuche diga que enseña no como los fariseos, las tumbas blanqueadas que dicen una cosa y hacen otra, sino como alguien que tiene poder, que sus palabras transforman al que las recibe, crean una fe, una fuerza que les invita a iniciar ese sendero de santidad y felicidad al que nos ha llamado nuestro Padre amado en Jesucristo. Si una llamada a la responsabilidad es conveniente. Hacer ver que si no aceptas a Jesús, con la felicidad que te ofrece, es lógico. Si ahora estas mal, enfermo, deteriorado, lleno de enfermedades dolorosas y alguien te quiere ofrecer una medicina que te va a dejar como nuevo, siempre podriamos hacerle ver que si no quieres aceptarla, es ya la respuesta tuya la que te condena. No es que te venga a condenar yo. No es que te ofrezca el infierno, sino que es lo que vives y es lo que me gustaría que dejases de sufrir. Así Jesús nos invita a un agua viva, una Palabra de vida, un nacimiento de un hombre nuevo que ya no muere, participar en su resurrección para ser como ángeles, vivendo como el mismo, como hijos de Dios. Es todo bueno lo que nos ofrece, lo que ofrece la Iglesia de Jesús. Y esta a nuestro alcance porque es gratis, es Gracia, es un obra de Dios en cada uno. Para eso nos ha invitado a la existencia. No para torturarnos, amenazarnos con un infierno eterno, sino para hacernos entrar en la vida de Dios, participando de lo que es Dios mismo, amor. Dios se nos escapa. Que bello es contemplar un Dios no domesticado. Que se nos sale de previsiones teológicas, escrituristicas, que en un tiempo enlataban bajo la excusa del depósito de la fe y la revelación bíblica y eclesial. Dios es mas grande aún, Padre de los cielos de los cielos, de los trillones de límites de nuestro entendimiento. Y Padre cercano, que sabe lo que hay en nuestro corazón, nuestro nombre y nos quiere con El. El Espíritu Santo, el que nos cristifica, el que actualiza la presencia de Jesús en nuestras personas, en nuestras comunidades, no entra en nuestro entendimiento, como viento que no se sabe de donde viene y a donde va. Asi hace Dios de cada cristiano que quiere dejarse llevar por su Espiritu. Por eso creo que vale la pena creer en la esperanza de lo que Dios nos ha reservado a los que ama. Ser como Jesús.
miércoles, 13 de abril de 2011
Comunion con Dios y su amor.
Sabemos que queremos a nuestro hijo. Sabemos que con otra persona no congeniamos. No sabemos tal vez hacer que sea fácil una relación, aún queriéndolo. Y esa armonía, sintonización, comunión, expresa mejor que largos discursos que es la oración al Padre bueno, que es la santidad de Dios, la vida cristiana en comunidad, la acción de Espiritu Santo y en resumen lo que se vive en la Eucaristía cuando se establece la comunión con la Palabra de Dios que nos transforma.
La Teología es buena en cuanto produce esa comunión de mentes, de corazones. El pensamiento de la Iglesia la une. La autoridad papal y conciliar en tanto que no crea descomunión, sino comunión es buena y deseable. La pena es que hoy necesitamos milagros de comunión para ser una sola Iglesia, hasta con los no cristianos, para ser una sola humanidad. Pero Dios lo puede todo.
Contemplar la bondad del Padre que envia a su hijo querido para que muera por cada hombre, aún sólo por uno. Porque nuestra percepción de la realidad es limitada, como en un espejo, dirá San Pablo. Pero el amor, de Dios que nos invita a responder con amor a Dios y al hermano, y dentro de este amor un pensamiento común, es valioso y deseable. Pero no tanto porque exprese en términos absolutos una realidad, porque acierte plenamente y describa con nuestros medios mentales y sensoriales la realidad, sino en tanto que nos unifica en nuestra capacidad y hasta necesidad de pensar, analizar y concebir la realidad, a pesar de nuestros sentidos, parámetros y visiones limitadas, casi inexistentes. La narracción teológica esta dañada desde los presupuestos, esto es, el Geocentrismo precientifico y el mismo sistema de abstracciones que es útil para movernos y entendernos, que es menos útil para la ciencia, pues se queda muy corto y falsea el resultado, aunque sea ´´util para hacer aparatos y otras utilidades económicas. Pues para hacer diserciones y exposiciones de la Verdad, con sus tiempos simbólicos pretendidamente reales amparados por una fe que no quiere ser fideista pero que lo termina siendo, o sea, que hay que creerla porque sí, porque lo dice la Iglesia, porque es nuestra tradición, porque está en la Biblia, etc. Y lo peor es que no tenga obras. Que no resulta de esa fe hombre santos, iguales a Jesucristo en el amor, la fe y la esperanza. Sólo datos que rallan lo ridículo basados en creencias fundamentalistas. Porque el cristianismo es lo que es, un fuerza de salvación que acogiendola, que es Jesucristo resucitado, transforma al hombre segun la voluntad de Dios en su imagen. Y cuando sucede eso se convierte en verdadero, en útil y válido. Y cuando nos asusta con el infierno, con los pecados, con las moralidades, liturgias, ritos, devociones, prácticas y éstas no son soporte en el que se de esta transformación, se convierte en una esclavitud de la que esperamos que podamos liberarnos.
Porque no es con Teología y Dogmática con lo que cambiamos nuestra conciencia, aunque sus inspiraciones nos ayuden, pues éstas sólo portan un cierto sentido de la realidad, como en un espejo que decíamos con Pablo. Y por más que de esas concepciones recibamos ánimo, sobre todo cuando estan expresadas en términos positivos, óptimistas, abiertos a la grandeza de nuestro Padre, lejos de consideranciones tristes y fanáticas, cerradas a la vida, pesimistas, que nos limitan y nos dejan inútiles para crecer, sino que nos ayudan a contactar con el amor de Dios, con lo que recibimos de El en sí no expresan la realidad, sino que nos acercan a la accion de Dios. Es con la adecuación de nuestra conciencia con la Conciencia, con el Padre, con Dios. Y en esta comunión con Dios y los hermanos resultamos transformados, el Espiritu Santo hace un hombre nuevo que no muere, que vive en al vida eterna. Que glorifica a Dios y proclama su santidad.
La Teología es buena en cuanto produce esa comunión de mentes, de corazones. El pensamiento de la Iglesia la une. La autoridad papal y conciliar en tanto que no crea descomunión, sino comunión es buena y deseable. La pena es que hoy necesitamos milagros de comunión para ser una sola Iglesia, hasta con los no cristianos, para ser una sola humanidad. Pero Dios lo puede todo.
Contemplar la bondad del Padre que envia a su hijo querido para que muera por cada hombre, aún sólo por uno. Porque nuestra percepción de la realidad es limitada, como en un espejo, dirá San Pablo. Pero el amor, de Dios que nos invita a responder con amor a Dios y al hermano, y dentro de este amor un pensamiento común, es valioso y deseable. Pero no tanto porque exprese en términos absolutos una realidad, porque acierte plenamente y describa con nuestros medios mentales y sensoriales la realidad, sino en tanto que nos unifica en nuestra capacidad y hasta necesidad de pensar, analizar y concebir la realidad, a pesar de nuestros sentidos, parámetros y visiones limitadas, casi inexistentes. La narracción teológica esta dañada desde los presupuestos, esto es, el Geocentrismo precientifico y el mismo sistema de abstracciones que es útil para movernos y entendernos, que es menos útil para la ciencia, pues se queda muy corto y falsea el resultado, aunque sea ´´util para hacer aparatos y otras utilidades económicas. Pues para hacer diserciones y exposiciones de la Verdad, con sus tiempos simbólicos pretendidamente reales amparados por una fe que no quiere ser fideista pero que lo termina siendo, o sea, que hay que creerla porque sí, porque lo dice la Iglesia, porque es nuestra tradición, porque está en la Biblia, etc. Y lo peor es que no tenga obras. Que no resulta de esa fe hombre santos, iguales a Jesucristo en el amor, la fe y la esperanza. Sólo datos que rallan lo ridículo basados en creencias fundamentalistas. Porque el cristianismo es lo que es, un fuerza de salvación que acogiendola, que es Jesucristo resucitado, transforma al hombre segun la voluntad de Dios en su imagen. Y cuando sucede eso se convierte en verdadero, en útil y válido. Y cuando nos asusta con el infierno, con los pecados, con las moralidades, liturgias, ritos, devociones, prácticas y éstas no son soporte en el que se de esta transformación, se convierte en una esclavitud de la que esperamos que podamos liberarnos.
Porque no es con Teología y Dogmática con lo que cambiamos nuestra conciencia, aunque sus inspiraciones nos ayuden, pues éstas sólo portan un cierto sentido de la realidad, como en un espejo que decíamos con Pablo. Y por más que de esas concepciones recibamos ánimo, sobre todo cuando estan expresadas en términos positivos, óptimistas, abiertos a la grandeza de nuestro Padre, lejos de consideranciones tristes y fanáticas, cerradas a la vida, pesimistas, que nos limitan y nos dejan inútiles para crecer, sino que nos ayudan a contactar con el amor de Dios, con lo que recibimos de El en sí no expresan la realidad, sino que nos acercan a la accion de Dios. Es con la adecuación de nuestra conciencia con la Conciencia, con el Padre, con Dios. Y en esta comunión con Dios y los hermanos resultamos transformados, el Espiritu Santo hace un hombre nuevo que no muere, que vive en al vida eterna. Que glorifica a Dios y proclama su santidad.
viernes, 8 de abril de 2011
La Iglesia de Jesús, un saco de salvación
En medio de una Eucaristía, estaba terminando un ayuno en verano, por lo demás no especialmente volcado a la oración como se debería plantear un ayuno, y de alguna manera entendí que el misterio de la Iglesia de Jesucristo es una acción de Dios que realiza en Jesús, estableciendole como Señor, con poder para que todo el que entra en ese ámbito de salvación quede transformado según el Espiritu Santo que concede Jesús, y la palabra que me vino a la mente es que era como un saco de salvación. Realmente me pareció una forma alargada donde actuaba el poder de Jesús y en donde los cristianos en la oración, la Palabra y la Eucaristía y la oración comunitaria entrabamos para recibir la acción de Dios e irnos incorporando gradualmente según el hombre viejo, que vibra según el pecado, el orgullo, la autodeterminación, la separación del la voluntad de Dios, se va desmorando, y va incorporandose en la dinámica de la libertad de los hijos de Dios, liberandose del ámbito del Demonio, que tendrá su función y su proceso pero que para nosotros supone una dificultad, precisamente para que nos decantemos por el amor a Dios como lo hace Jesús en vida. Esta recreación de nuestra persona en Jesús, que es el objeto del cristianismo, por medio del Espiritu Santo, es el fin de la Iglesia. Las prácticas, la espiritualidad, las tradiciones y consejos de nuestros hermanos mayores, nuestra tradición espiritual, es perfectamente válida hoy, porque nuestros hermanos, hoy incorporados en Cristo, cristificados, participando de la santidad de Jesús, nos animan en la fe y inteceden en la intercesión del único Mediador entre Dios y los hombres, todo esto es perfectamente válido y la misión de la Iglesia que somos responsables de incrementar y fortalecer es responder a la Gracia con la que Dios nos ha bendecido en Jesucristo al ser elegidos en la Persona de Cristo para ser santos para gloria de Dios, para santificar su Nombre. Y esta maravillosa Gracia se puede compaginar sin tener que escondernos la cabeza en la almohada de las visiones precientificas que nos condenan y condena este tesoro a una dogmatica trasnochada y fanática que crea desprestigio y rechazo en todo el que se acerque al cristianismo con sus fes en tiempos imposibles, entiendase Creación, Encarnación y Parusía geocentrica. Porque el relato de la Creación parte del supuesto de que antes de ésta no existía nada, que Dios va haciendo la Tierra, por cierto con unas luces mayores y menores. El intento de transferir esta visión antigua a una Bigbang es inadecuada porque quiere hacer valer la revelación bíblica por encima de la objetividad de la realidad, que en este momento empezamos a concebir como algo que nos desfasa en números, energía, tiempo, etc. Hablamos de materia oscura y energía oscura y lo que ilumina la luz, que percibimos con nuestros sentidos solo es un porcentaje minúsculo de lo que debe existir. Hablamos de antimateria, de Universos de antimateria. Tal vez de otro tipo de estructura energética. De dimensiones paralelas a la nuestra compartiendo nuestro mismo espacio, con interacciones con la nuestra o sin ellas. Son demasidas alteraciones, un proceso como el no geocentrismo de Galileo multiplicado por algo que nos desbanca, para seguir manteniento seguridades dogmáticas. Porque arriesgarnos a equivocarnos es negarles la fe a los hermanos que nos sucedan. Precisamente los no religiosos vaticinan cierta crisis religiosa cuando haya algun avance cientifico definitivo, a nivel de Física, de contactos con otras civilizaciones, etc. Y entonces concluyen que los terrestres dejaremos de creer en la Iglesia que se empeña en seguir defendiendo lo indefendible y obligando a nuestros intelectos a anularse innecesariamente. Cuando lo importante, la eficiencia del Espiritu Santo, la acción de Dios en Jesús, constituido como Señor con poder, la fuerza de salvación del Evangelio de Cristo, son verdad, es un camino de santificación que Dios suscita para acercanos a el, para que hagamos su voluntad, para crecer desde el estadio en el que vivimos hasta el que nos tiene reservado. No el cielo definitivo ni la eternidad, ni ninguna como sería esa visión de los cristianos que se ciñen a la vision bíblica, creyendo literalmente en las descripciones apocalípticas y miticas, sino dentro de la limitación en la que vivimos lo que nos sirve es la acción de Dios. En mismo Dios, la Trinidad, lo que establece la Teología, tal vez se puede seguir citando en tanto expresa movimientos de expresión, la Palabra de Dios que nos hace llegar su Voluntad y que si le permitimos su obra nos transforma con su Espiritu. De ahi a ver esa Trinidad que estaba de vacaciones una parte de la eternidad, que trabaja una temporada y vuelve a vivir en el cielo pero ahora acompañados por un monton de almas santas mientras que otras se han quedado con los demonios en el infierno, va mucha distancia. Predica en el Kerigma el amor de Dios y luego les dices que algunas, pocas o muchas almas se quedan eternamente condenadas, y veras como te dejan plantado como Pablo en el Aerópago. ¿Cómo va a ser que un padre que es malo castigue a su hijo eternamente, si sólo se castiga para que aprenda, para que se enmiende, para un fin bueno? Un padre malo da pan cuando se lo pide su hijo, como el Padre va a dar la peor de las piedras cuando su hijo necesita crecer espiritualmente? El resumen de esta reflexión es que siempre hay el peligro de que muchos cristianos queden escandalizados, que se sientan engañados porque se han "cambiado" los dogmas. Y la única solución es distribuir abundantemente y adecuadamente una experiencia válida de cristificación que ahora mismo apenas algunos hermanos poseen, a veces nisiquiera los mas entregados a la vida de la Iglesia. Y luego aguantará nuestra fe en el desierto en el que nos quedamos con el puro y cierto amor de Dios por encima de toda evidencia que nos descuadra en esa crisis en la que nos quitan a Adan, la única humanidad, ser los reyes de la Creación, ser los hombres las unicas criaturas con alma espiritual, ser el único planeta donde Dios se hace presente, ser Israel en único pueblo elegido, se la Iglesia la única infalible en el Universo, ser la biblia la unica Palabra de Dios, etc. Y lo cierto es que el Único es el que nos queda, el Padre santo, que nos ama, nos cuida, sabe el número de nuestros cabellos y lo que hay en nuestro corazón y nos da el Espiritu santo que nos hace sus hijos para poderle glorificar como se merece y ser felices en su presencia.
miércoles, 6 de abril de 2011
Las inmaculadas concepciones de nuestras madres Marías
Una concepción libre de pecado, para acoger al vencedor del pecado, a Jesús, porque tal integración tiene la madre con su hijo que no cabría que el Santo compartiera ese cuerpo con una pecadora. Sin embargo si estudiamos la genealogia de Jesús encontramos pecadores, y su Encarnación supone un acercamiento a nuestra situación de pecado. Hasta ora con nosotros perdonanos nuestras deudas, aun cuando no tiene pecado, ora indentificado con su Cuerpo, hecho de discípulos pecadores. Del pecado de Adán, del simbólico Adán que supone que la humanidad en el proceso de aprendizaje se equivoco y así aprende y progresa espiritualmente, participamos todos, personalemente, porque cada hombre vive el mismo proceso de error, sufrimiento y crecimiento y como especie que hereda el pecado e intenta superarlo. Sacar a la Madre del Hijo de hombre de ese proceso le hace a Jesús menos humano, menos hombre verdadero. Menos encarnado y mas Dios con aparencia humana. Sin embargo supone la vision clara de la voluntad de Dios para cada hombre, que llegue a ser otro Cristo. Y la Madre es la que engendra ese hombre segun Dios, imagen del cristiano donde se gesta el hombre nuevo. Coronar a la Madre de Dios, Reina del Cielo, Reina de los pueblos, corredentora con Cristo en virtud de la elección que Dios hizo de una niña humilde entra dentro de una única Encarnación. Hecho irrepetible. Acontecimiento que marca la plenitud de los tiempos. Hasta la Encarnación esta la Creación, con su desbarajuste del pecado y desde la Encarnación el tiempo de la Iglesia donde se vive el ya esta el Reino pero todavía no. Y en esa tensión de apertura al Espiritu Santo vivimos hasta el dia del Juicio donde habrá cielos nuevos y tierra nueva, donde viviremos para la eternidad en unión con Cristo, en la bienaventuranza de Dios. Un Dios que no ha hecho nada de crear hasta hace unos años y que despues de otros pocos miles o millones de años no va a volver a hacer nada más sino quedarse con sus criaturas queridas en el Cielo durante la eternidad. ¿O esta cronología nos aparece disparatada y necesitamos ampliarlo en el tiempo (esta no es la unica creación) y el espacio (este planeta, o big bang no agota a Dios, sino que será una historia de amor entre las que Dios quiera hacer) con una manifestación de su Hijo Unico que expresa todo lo que necesitamos de la revelación de Dios, su manera de amar. Como ya intuiría Giordano Bruno que planteaba que habria mas de un planeta como el nuestro (se quedó algo corto) de un solo movimiento de envio del Verbo por parte de Dios que no tiene tiempo, aparce un Jesús en el tiempo y circunstancia a cada humanidad para entregarle la salvación. Y habría por consiguiente una carne, una María en cada humanidad. Tal vez así Maria sea lo que tenemos en comun todos los terrestres, y tantas Marías unidas en el Cielo, unidas en el Hijo de Dios serían nuestras intercesoras. Lo cierto es que ya teniamos domesticada la vision de Cielo con la Madre, los santos y ahora se nos complica, se nos escapa, se hace mas a lo Dios. Y es que el Padre esta en los Cielos, fuera de toda comprensión y esas visiones dogmáticas lo peor que tienen es que se entienden demasiado y al menos son sospechosas de dejar a la razón como demasiado acaparadora de la verdad, cuando mas bien debemos acostumbrarnos en este proceso Galileo a desubicarnos de nuestra geocentralidad y abrirnos a un Dios maravilloso mas grande y mas bueno de lo que nos pareció al principio, incluidos los hermanos que dogmatizaron cuando creian en una sola María, madre de Dios. Si lo tomamos con algo negativo podemos caer en cierto esta de desanimo. Ya no es la misma visión de los cristianos que nos antecedieron. Evidentemente existe un proceso que ira avanzando más allá de todas nuestras previsiones de desgeocentralización del que Galileo apensa supuso un tímido primer paso y que en los siguientes años, siglos o milenios deberá asentarnos en algo mas cercano a la verdad, libres de las ataduras de la ignorancia y el miedo, y sobretodo receptores tanto más de la acción santificante de Dios en Cristo, pues al desproveernos de puntualizaciones dogmáticas que tenían sentido en un contexto de comprensión limitado, propio de sus visiones precientíficas con las que eran coherentes las formas bíblicas de exponer en un tiempo simbólico una realidad eterna. Esta temporalización de la revelación hoy por hoy se hace objeto de nuestra fe, y si bien la Creación no se puede hacer literalmente por lo evidente de que la Tierra no es el centro de la realidad como se entiende del relato biblico, la Encarnación sobre la base de que solo en la Tierra hay vida inteligente, extremo que podemos ir abandonando, y que el Final de los tiempos, con su Juicio, la resurrección y el orden nuevo, Dios lo va a hacer todo nuevo en base a la vida en la Tierra, como si el Alfa y el Omega fuera este planetita en lugar de Cristo Jesús. Hacer una cristologia de acuerdo a una visión nueva que nos presenta la ciencia y que podemos anticipar por lo que va descubriendo es una labor apremiante, no para cuando pase algo inevitable y nuestros hermanos mas débiles se desanimen porque les hemos tenido engañados con dogmas trasnochados en su contexto de realidad. Y eso sin debilitar, ante bien, fortaleciendo la acción del evangelio, fuerza de santificación que Dios suscita en Jesús nuestro Señor. Y que en María, en tantas Marías, maniesta en un hombre verdadero que es el Camino, verdad y vida que lleva al Padre.
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