viernes, 11 de abril de 2014
Texto del Evangelio (Jn 8,31-42): En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos que habían creído en Él: «Si os mantenéis en mi Palabra, seréis verdaderamente mis discípulos, y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres». Ellos le respondieron: «Nosotros somos descendencia de Abraham y nunca hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú: Os haréis libres?». Jesús les respondió: «En verdad, en verdad os digo: todo el que comete pecado es un esclavo. Y el esclavo no se queda en casa para siempre; mientras el hijo se queda para siempre. Si, pues, el Hijo os da la libertad, seréis realmente libres. Ya sé que sois descendencia de Abraham; pero tratáis de matarme, porque mi Palabra no prende en vosotros. Yo hablo lo que he visto donde mi Padre; y vosotros hacéis lo que habéis oído donde vuestro padre».
Ellos le respondieron: «Nuestro padre es Abraham». Jesús les dice: «Si sois hijos de Abraham, haced las obras de Abraham. Pero tratáis de matarme, a mí que os he dicho la verdad que oí de Dios. Eso no lo hizo Abraham. Vosotros hacéis las obras de vuestro padre». Ellos le dijeron: «Nosotros no hemos nacido de la prostitución; no tenemos más padre que a Dios». Jesús les respondió: «Si Dios fuera vuestro Padre, me amaríais a mí, porque yo he salido y vengo de Dios; no he venido por mi cuenta, sino que Él me ha enviado».
Hoy como nunca es imprescidible, urgente, es la unica salvación aferrarse al Jesús y este crucificado y resucitado para recibir el Espiritu del Padre santo. Del que es el Padre de Jesucristo y en Jesucristo crea un hombre nuevo que clama Abba y que tiene la misma fe en el amor del que no nos va a abandonar en la muerte, sino que nos cuidará, nos dará lo que necesitamos segun su promesa, como hijos del padre de la Fe Abraham.
Hoy nos acechan peligros, situaciones que no podemos controlar, desde el ambito ecológico, social, militar y de muchas otras realidades de las que no tenemos control y que algunos hombres pueden atisbar llevandose las manos a la cabeza diciendo, menuda la que avecina. Y ante todo tipo de sometimientos, de programadss y casi imposibles de superar, si no es con la ayuda del Padre que sabe lo que necesitamos, desde la comida hasta cualquier catastrofe o invasión. Y no es que sea pesimista, sino que la tensión hacia la vigilancia siempre ha sido prioritaria, Jesus nos invita a no dormir para que cuando venga el enemigo estemos preparados y no nos robe.
Oración, Palabra y caridad. Intercidiendo por toda la creación y dar gloria al Padre en el que ponemos la confianza por el Espiritu que nos regala Jesus nuestro amigo.
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