Jesucristo es el mismo hoy ayer y siempre. Su amor, su obediencia al Padre y la entrega de su vida a cada hombre, a cada uno personalmente, no cambia, no merma, no se adhiere a distintas interpretaciones culturales, sociales o a sensibilidades interiores. No hay punto de vista que limite, matice, especifique, interprete, amplie o reduzca el valor de su amor, de la entrega de su vida por mi, por cada hombre, por cada enemigo. Dios se ha expresado en Jesús. Sabemos algo de Dios porque nos ha hablado en Jesús. Sabemos hasta el punto en que Dios es amor. Es un amor extremo, un amor inconcebible, inimitable, irreductible, imposible de manipular, de imitar teatralmente. Es algo que supera la capacidad de amar en clave de educación, de voluntariedad, de voluntarismo, de buenas intenciones, de querer quedar bien en una actuación hipócrita y con ánimo de exhibirse socialmente. A veces creemos, también en ambientes cristianos, que si no podemos ser como Cristo, amar al enemigo dando la vida por el, es porque no queremos en este momento, como si fuera algo que queda en nuestro control, pero que en cuanto nos lo propongamos vamos a ser maravillosos y amadores hasta la talla de Cristo. Y es la misma justificación que tiene en heroinómano cuando dice a si mismo y a los demás que esta adicción la dejo cuando quiero, que la tengo controlada, es puedo dejar de drogarme porque tengo el control de esta dependencia, cuando la verdad es que no tiene recursos sicologicos para salir de la misma, y, aun con ayuda, tal vez no lo consiga. Igualmente nuestra situación es de una incapacidad y limitación de recursos tal que la acción de Dios en nuestra vida supera nuestro ámbito de autonomía sicologica, mental, anímica, emocional y racional. Somos unos muertos vivientes sin capacidad de regenerarnos, de revivirnos a nosotros mismos, y si no hay una acción exterior, una iniciativa que no parte de nuestras buenas intenciones y nuestros recursos, sino de la Gracia, y que supone una aceptación de nuestra parte, una acogida, de esta fuerza de salvación que nos regala Dios en Jesucristo, la que nos salva. Un fuerza de salvación que dice la Palabra, lo que Dios ha suscitado en Jesucristo estableciendolo a él como Señor de ese campo de salvación y transformación, que actúa en el que se acoge a Jesús por la fe y que ocurre en la Iglesia.
En la nueva era, en el Reiki, por ejemplo, está muy de moda expresar los terminos de Dios impersonalmente, como algo que tiene que ver con la conciencia cosmica, algo de energia universal y sanadora en terminos impersonales porque estos son mas digeribles, mas creibles, mas aceptables, que los que estan en uso en nuestra tradicion personalista, que concibe a Dios como Persona, que interactua, nos habla, nos ama, nos ayuda, nos da la vida y nos invita a la felicidad. Es mejor que una energia como el gas, la luz, el agua, pero a nivel mas sutil, sea la que pase a traves de nuestro cuerpo, como si de un canal de agua se tratase, y asi nos elevase espiritualmente y de paso cure al que estamos imponiendo las manos. Y sin embargo lo curioso es que cuando los reikistas mas avanzados empiezan a establecer relacion con seres elevados resulta que terminan siendo una especie de medium a los que les dirigen unos guias espirituales que son bastante personales. Lo que no se podria exponer en un primer momento porque en este momento serio objeto de rechazo, como en las concepciones cristianas, con sus angeles y Dios, al final resulta que es algo muy similar. Solo que para entrar necesita esta manera de exponer la mentalidad del reiki.
No es fácil delimitar la naturaleza de las conciencias. Menos de la ConcienciaAhora tenemos una personalidad concreta basada en la limitacion de nuestra ser humanos, corpóreos. Sin embargo nuestra transformación en hijos de Dios nos incorpora en un ser mas alla de nuestra simple individualidad sin anularla, siendo miembros de Cristo y unos miembros de otros como un cuerpo. Es una manera de expresarlo, pero si anticipa algo que nuestra conciencia se amplia sin perder lo privilegiado de ser persona. ¿porque un estadio de conciencia superior, el que nos espera en el cielo, el de un angel, y finalmente en de Dios, ha de carecer de esta perfección? Dios lo tiene todo, nosotros somos perfectos en cuanto que participamos de su perfección y nuestra santidad es una invitación a ser santos porque el es santo y nos ha regalado en el Espiritu Santo vivir la vida de Dios, la de Jesús, lo mejor que tiene Dios: amar. Nuestra limitación conceptual, mental, hace que tengamos que delimitar teologicamente, doctrinalmente y dogmaticamente realidad que no alcanzamos, pero que en base a interpretaciones escrituristicas, tradicionales, conciliares, filosóficas, etc. para entendernos, no mucho mejor que hablamos de metros, de números y de conceptos que aislan y congelan la realidad para poderla organizar y entendernos unos con otros. Pero la practica nos supera estas limitaciones. Por lo que es mucho mejor orar que hablar de oración. Ser beneficiado por la acción del Espiritu que hablar de la tercera persona de la Trinidad. Experimentar el amor de Dios manifestado en Cristo Jesús que disertar y divagar sobre él. Ser cristiano transformado en otro cristo que ser un divulgador de las bondades de ser cristiano, como si se hablase de algo propio de la ciencia ficción.
Porque igual que el reiki se valora por resultados, concretos, y lo mismo diriamos de cada disciplina espiritual, sea o no de la nueva era, el cristianismo tiene el valor que podemos percibir por los frutos en terminos de transformacion espiritual. Porque si es cristianismo, es por encima de todo, una acción de Dios que suscita en la persona de Jesucristo, que en su muerte y resurrección suscita una fuerza de salvación que recibe quien se vincula con Cristo por medio de la fe en su Iglesia, si no existe esta vinculación, que empieza en el bautismo y se va reforzando en el proceso cristiano, no existe tal cristianismo por mucha afiliacion juridica que queramos dar a un miembro de la Iglesia. Asi reduciriamos a pocos los cristianos, los discípulos de Cristo, y considerariamos que es urgente evangelizar de verdad a los bautizados sacramentalmente pero sin que funcione como cristianos que se estan cristificando. El ministerio sacerdotal, asi como cualquier otro, el matrimonial que es el mio, es urgente que se ejecute desde una vivencia intensa de la transformacion en el Espiritu. porque son la presencia de Cristo y si la luz no ilumina, si Jesus hoy no salva y transforma hemos perdido toda razón de que la Iglesia sea el Cristo vivo que es el mismo ayer, hoy y siempre, el que da gloria a Dios haciendo su voluntad.
viernes, 12 de agosto de 2011
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